Tres artistas son abandonados en medio de un territorio habitado sólo por matas y cerros. Casi a punto de mimetizarse con el paisaje rememoran sus rutinas musicales para aliviar el presente rescatando un pasado más luminoso. Sus cantos y bailes tiñen de color la geografía que los atraviesa. La desolación
y los peligros se imponen a pesar de la incertidumbre, intuyen que el acto poético es el mejor aliado, y tal vez el único, para poder continuar.