Ir a Groenlandia. Irse a la ficción para que por fin la vida tenga lugar. Un viaje lleno de paisajes y aromas. La nieve; sabia, salvaje y blanda, como el sexo de la
mujer. Un viaje incierto e interminable. Una historia de fracaso y chocolate. Cinco mujeres vacías, olvidadas, menstruadas, anémicas, desbordadas, desmoronadas, jaquecosas, enterradas y en busca de lo contrario siempre. Cinco mujeres y todas las del mundo. ¿Qué pretenden de nosotras, en este siglo, en este país, en esta ciudad, si no es realizarnos? ¿Acaso hay otra forma de cortesía posible?